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Altea no solo enamora por su casco histórico y sus cúpulas azules. Si dispones de más tiempo, puedes descubrir un entorno natural privilegiado, con rutas de senderismo entre montañas y paseos junto al Mediterráneo. Aquí te proponemos un plan perfecto para 2 días en Altea:
La Sierra de Bèrnia es una de las joyas naturales de la Costa Blanca. A pocos kilómetros de Altea, encontrarás esta sierra que separa la Marina Alta y la Marina Baixa, con impresionantes vistas al Peñón de Ifach, la bahía de Altea, Benidorm y, en días claros, hasta Ibiza
.Ruta recomendada: PR-CV 7 (circular, aprox. 9 km).
Puntos destacados:
El Forat de Bèrnia: un túnel natural que atraviesa la montaña y regala vistas espectaculares.
Los restos del Fort de Bèrnia, fortaleza renacentista del siglo XVI.
Vegetación mediterránea (romero, tomillo, pinos) y panorámicas inolvidables.
Duración: 3-4 horas a ritmo tranquilo.
Consejo: lleva calzado de montaña, agua y algo de comida ligera para hacer un picnic con vistas.Por la tarde, puedes regresar a Altea para descansar y cenar en alguno de sus restaurantes del casco antiguo o en el paseo marítimo.
Tras la ruta, nada mejor que acercarse a Altea la Vella, un núcleo histórico lleno de encanto. Sus calles tranquilas y su ambiente auténtico son el lugar ideal para descansar. Aquí encontrarás una excelente oferta de restaurantes con tradición gastronómica, muchos de ellos con terrazas y jardines donde degustar platos locales en un entorno acogedor.
El segundo día lo dedicamos a descubrir la Altea más natural y marinera, combinando un tranquilo paseo por el Corredor Verde del río Algar con la magia de la zona costera de La Olla de Altea.
Ruta Verde: El Camí Reial. Vora Mar
Hoy conocida como Corredor Verde, esta ruta peatonal transcurre por el antiguo Camino Real del Mar.
Durante el recorrido podrás contemplar la singularidad del afloramiento volcánico de Cap Negret, un paisaje único en la Costa Blanca.
En el camino también encontrarás villas señoriales que reflejan la historia más elegante de la zona, así como búnkers de la Guerra Civil, testigos silenciosos del pasado reciente.
El paseo finaliza junto al mar, en la playa de La Olla, un lugar ideal para relajarse.
Además, es un itinerario apto para personas con movilidad reducida, lo que lo convierte en una propuesta accesible para todos.
La Olla de Altea
Al terminar la ruta, dedica tiempo a disfrutar de la costa alteana en la Olla. Su playa de cantos rodados es perfecta para bañarse en aguas cristalinas.
Frente a la costa emerge la Isla de la Olla, un islote protegido que ofrece un entorno privilegiado para practicar snorkel o kayak.
Desde la playa disfrutarás de vistas espectaculares al Peñón de Ifach y toda la bahía de Altea.
Vuelta a Altea
Disfruta de un paseo relajado por su Paseo Marítimo, con ambiente animado y terrazas frente al Mediterráneo. Y si aún te queda energía, adéntrate en el Casco Antiguo, donde las calles empedradas y la luz de la tarde-noche crean una atmósfera mágica para despedir tu visita.
No olvides recorrer la zona comercial de Altea, donde encontrarás desde talleres de artistas y tiendas de artesanía hasta boutiques locales. Es el lugar perfecto para elegir ese recuerdo especial que te permitirá revivir esta escapada en uno de los rincones más encantadores de la Costa Blanca.